Avanza la nueva narrativa del Gobierno; qué se espera para la reforma laboral y tributaria, el dólar y la economía; por qué la página de Kicillof quedó varada en el 7 de septiembre y cuáles son los códigos de negocios que hay que tener en cuenta para ganar en esta nueva fase.

l clima de negocios en la Argentina pasó en menos de un mes de la decepción a la euforia. Lo hizo sin escalas tras el resultado de la última elección del 26 de octubre y a una velocidad inédita. Nadie en las empresas ni en el mundo político vaticinaba el resultado que tuvo el oficialismo y mucho menos que se ganara en la provincia de Buenos Aires. Nadie esperaba tampoco un cambio de expectativas tan fuerte como el que se respira ahora en el sector financiero y en las principales compañías internacionales que esperan pasar de la velocidad crucero a mayores apuestas. Son las Fuerzas del Cielo, ironizan los más escépticos. “Ahora no hay excusas, déjenlo hacer lo que tiene que hacer”, disparan los ejecutivos libertarios que habían cambiado de color cuando todo parecía ocaso para el oficialismo.
Desde el kirchnerismo todavía están recalculando y en las huestes de Axel Kicillof, el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), con el que planeaba su aterrizaje nacional, quedó clavado en textos e imágenes en el 7 de septiembre. “Una noche peronista”, titulan aun hoy.
Tecpetrol, YPF y Pampa Energía volvieron a emitir deuda en el exterior, un mercado que estaba totalmente frenado desde julio y al que se sumarán otras cinco compañías grandes más en el próximo trimestre. “Una de las barreras para desarrollar Vaca Muerta es el financiamiento. La política influye. Estábamos preparados para salir con una emisión, que finalmente sucedió después de la elección, con una colocación de US$750 millones. Esto nos permite financiar un proyecto muy ambicioso en Neuquén”, admitió Ricardo Markous, CEO de la compañía.
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